Muy pocos padres tienen la suerte de tener hijos «matutinos». El niño promedio tiende a tener problemas para levantarse de la cama. La mayoría de los niños eventualmente se levantan más tarde y toman un desayuno rápido antes de ir a la escuela. Es raro encontrar un niño que voluntariamente se levanta temprano para un desayuno tranquilo y silencioso.
Pero esta mañana es tan importante. Según un estudio, la forma en que su hijo comienza el día puede tener un gran impacto en su salud en general.
- Un equipo de investigadores del University College de Londres descubrió que saltarse el desayuno aumentaba el riesgo de obesidad infantil; la falta de sueño agravaba el problema.
- Al igual que la falta de horarios para dormir y de dormir.
Los investigadores utilizaron datos del Millennium Cohort Study, que examinó a niños nacidos en más de 19. 000 familias en todo el Reino Unido entre 2000 y 2002. Los niños se sometieron a pruebas de peso y altura a la edad de 3, 5, 7 y 11 años.
Al dejar de lado las influencias genéticas (los hijos de madres con sobrepeso tienen más probabilidades de tener sobrepeso) y las influencias del embarazo (las madres que fuman durante el embarazo aumentan el riesgo de que sus hijos se vuelvan obesos), se ha descubierto que las rutinas interrumpidas son uno de los principales factores de la infancia obesidad . . Los niños que no dormían a una hora regular, no tenían una hora fija para despertarse y terminaban salteándose el desayuno tenían más probabilidades de sufrir un aumento del apetito. También terminaron comiendo alimentos densos en energía – alimentos ricos en calorías , la mayoría de los cuales terminaron siendo comida chatarra rica en azúcar y baja en nutrientes.
Por supuesto, estos no son los únicos factores que influyen en el aumento de peso de su hijo. Otros factores incluyen: la participación en deportes, el consumo de bebidas azucaradas, el consumo de frutas y ver televisión.
Sin embargo, comenzar bien el día (levantarse a tiempo después de una buena noche de sueño y tomar un desayuno saludable) ayudará a su hijo a encontrar consistencia en sus rutinas. Esta consistencia le facilitará la construcción de la «base» psicológica de su día. Será mucho más fácil animarles a comer de forma saludable una vez que hayan comenzado bien el día.
Referencias
1. Y. Kelly, P. Patalay, S. Montgomery, A. Sacker. » Desarrollo del IMC y bienestar psicosocial de los adolescentes jóvenes: Estudio de cohorte del milenio británico. Pediatría, 2016; DOI: 10. 1542 / peds. 2016-0967.