Las intolerancias alimentarias, las alergias y los problemas gastrointestinales se encuentran entre los problemas nutricionales más comunes que enfrentamos en la actualidad, aunque sabemos mucho más que hace una década, todavía queda trabajo por hacer, en concreto, hay muchas cosas que desconocemos sobre el causas de estos problemas.
Tomemos el ejemplo del síndrome del intestino irritable o IBS. Según la Clínica Mayo, la definición de IBS es la siguiente:
- [Un] trastorno común que afecta el intestino grueso (colon).
- El síndrome del intestino irritable a menudo causa calambres.
- Dolor abdominal.
- Distensión abdominal.
- Gases.
- Diarrea y estreñimiento.
- El IBS es una enfermedad crónica que deberá controlar a largo plazo.
Tenga en cuenta que la definición no identifica una causa. Simplemente indica que tendrás que lidiar con los síntomas durante mucho tiempo. Para la mayoría de los problemas gastrointestinales, la solución nutricional fue una dieta de eliminación. Se eliminaron FODMAPS, gluten, colmenillas como pimientos y tomates y varios otros alimentos que arrojaron resultados alentadores. Los probióticos también son populares como medida adicional para aliviar los síntomas.
Sabemos más sobre algunas otras afecciones, como la enfermedad de Crohn, y los análisis de sangre para detectar intolerancias alimentarias son cada vez más precisos, pero no cuentan toda la historia y no tienen la capacidad de decirnos exactamente dónde está el problema. Otras pruebas, como la endoscopia, pueden ser invasivas.
¿Qué pasaría si pudiéramos identificar exactamente dónde está el problema en el intestino y cuál es exactamente la causa, todo sin eliminar ningún líquido o tejido corporal?Bueno, la tecnología casi está ahí.
Una pastilla puede ser la respuesta para identificar por qué los alimentos comunes como el trigo, los productos lácteos, las nueces y los crustáceos causan problemas gastrointestinales.
Un artículo reciente presentó una prueba de concepto para una píldora que puede medir la cantidad de gas producido durante la digestión. En otras palabras, puede comer, tomar una pastilla y controlar lo que sucede mientras se digiere la comida. El tracto digestivo produce naturalmente diferentes gases. Cuando comemos algo que no se puede tolerar, el tracto digestivo produce más de estos gases, o una proporción diferente. Esto podría indicar un espectro bacteriano alterado en el intestino, demasiada o muy poca fibra, mala digestión, absorción deficiente o alguna otra anomalía en el cuerpo. Esta tecnología puede rastrear exactamente qué alimento está causando el problema y dónde ocurre en el proceso de digestión.
Investigadores de la Universidad RMIT en Melbourne, Australia, han desarrollado la tecnología para que sea lo suficientemente pequeña como para caber en una píldora. La cápsula en sí no es digerible, por lo que simplemente atraviesa el cuerpo. Tiene membranas diminutas que pueden dejar entrar y salir del gas. La información sobre el tipo y la cantidad de gas se puede descargar a una computadora en tiempo real. Es como enviar un mensajero con su comida para informarle qué está pasando.
El equipo demostró su utilidad y seguridad en un experimento con cerdos. Eligieron cerdos porque su tracto digestivo es similar al de los humanos. Los cerdos consumieron una dieta alta o baja en fibra y los gases se midieron utilizando las cápsulas. Para demostrar su precisión, los resultados se compararon con datos anteriores que utilizaron herramientas de medición más invasivas pero precisas. Las diferentes cantidades de fibra tienen efectos conocidos sobre los gases producidos; por lo tanto, fue fácil comparar la precisión de las cápsulas. Se encontró que la prueba era confiable y no se observaron efectos adversos.
Esta tecnología podría revolucionar el estudio de la digestión humana y ayudar a allanar el camino para herramientas nuevas y más efectivas para combatir el síndrome del intestino irritable y condiciones similares. En lugar de tomar a ciegas un probiótico, o un antibiótico para el caso, podemos saber exactamente lo que somos. Tratando con.
Por más emocionante que pueda parecer esta tecnología, todavía está en pañales. Debe crearse una biblioteca de datos confiables para que podamos comparar lo que es normal y lo que puede ser problemático. La píldora también necesita una forma de rastrear dónde se encuentra en el cuerpo en todo momento, tal vez a través de GPS o sensores de temperatura. Aunque los autores no mencionaron el precio, supongo que a partir de ahora sería demasiado caro usarlo de manera clínica regular. Personalmente, no estaría feliz de usar una cápsula que ya se ha utilizado.
Pero si bien se trata de una tecnología preliminar, existe un motivo de interés; es posible que estemos a punto de eliminar el juego de adivinanzas de las intolerancias alimentarias y los trastornos digestivos; los médicos podrán decirnos exactamente cuál es la causa exacta y dónde tratarla. Quién sabe, esto puede incluso convertirse en una aplicación para tu teléfono.
El documento de referencia es un estudio de prueba de concepto. Esta información permitirá realizar más estudios y comenzar el proceso de comercialización de la tecnología. Si bien esto puede llevar tiempo, buscar formas nuevas y mejoradas de probar fácilmente alimentos que debe evitar sin el dolor de cabeza del ensayo y error.
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REFERENCIAS
1. Kourosh Kalantar-Zadeh, Chu K. Yao, Kyle J. Berean, Nam Ha, Jian Zhen Ou, Stephanie A. Ward, Naresh Pillai, Julian Hill, Jeremy J. Cottrell, Frank R. Dunshea, Chris Mcsweeney, Jane G Muir y Peter R. Gibson. «Cápsulas de gas intestinal: una prueba de concepto», Gastroenterology 150 (2016): 37-39.